Sin embargo como todos sabemos una cosa es la que planificamos y muchas veces otra la que hacemos. Reunidos en la casa de Lalo trabajaron fuertemente para lograr terminar la tarea que les había tocado, sin embargo por mucho que trataron siendo mas de la media noche fueron culminándola, por lo cual Jorge se apresuró a tomar sus cosas para regresar a su hogar, Lalo muy consiente del peligro que existía en su sector, le pidió a su amigo que se quedará allí, pero este se negó argumentando que debía llegar a su casa a arreglar algunas cosas que le servirían para presentarse al trabajo, por lo cual al culminar de arreglarlas, partió con premura de aquel lugar rumbo a su casa, exponiéndose así a una situación que con el tiempo el comprendería que fue sumamente peligrosa.
Jorge no era ningún tonto y sabiendo el peligro que correría, antes de salir de su hogar haciendo un poco de alarde de valor o quizá de torpeza, tomo una navaja que tenia sobre la repisa, de esas que se doblan por la mitad y la coloco en su bolsillo, diciéndose a si mismo “estoy listo por aquello de las dudas”, según él preparado para transitar en aquel sector de muy mala reputación y alto riesgo.
Por lo cual al salir de la casa de Lalo, alrededor de las 12:45 PM, llegando a la calle Jorge saco la navaja de su bolsillo y abriéndola por completo, la coloco dentro de sus cuadernos por si necesitaba hacer uso de ella de forma ligera, empezando así su recorrido que quizá no le tomaría más de 30 minutos, porque estaba acostumbrado a caminar rápido. En su camino existía un área muy iluminada con suficientes farolas, lo cual le llenaba de confianza al caminar, pero el problema era un sector como de 500 metros en el cual no existía mucho alumbrado público y estaba lleno de matorrales en los cuales se podrían esconder algunos malandrines.
No le tomo mucho tiempo para llegar allí cuando se percató de lo solitario y oscuro del
sector, se santiguo y empezó a rezar, bajando todos los santos y vírgenes del
cielo, el temor se apodero de él y empezó a sentir su cuerpo tembloroso y a sudar frío, pero sin dejar de caminar a prisa, fue en ese momento
que comprendió el peligro al cual se estaba exponiendo, la calle era muy amplia
contaba con cuatro carriles de vehículos con un arrearte de por medio en el cual habían arboles los cuales proyectaban sus sombras tenebrosas con las luces de los
escasos faroles que existían en ese lugar.
Jorge avanzaba con pasos fuertes y...
Starlight