Esa noche en particular, se encontraba iluminada por una hermosa luna llena, que irradiaba su luz por todo alrededor de aquella humilde vivienda, pero siendo casi la media noche sin haber podido conciliar el sueño ambos vieron cómo empezó a aparecer una extraña luz blanca que jugueteaba subiendo y bajando del árbol de nance, poco a poco el resplandor fue creciendo a tal punto de formar una silueta blanca de una persona, vestida con un traje de la época colonial, la figura no era completa debido a que la cabeza no estaba en donde debería, pues aquel extraño espectro la tenia en una de sus manos.
Los
hermanos aun incrédulos de lo que estaban viendo, se preguntaban entre sí, si
aquello era real o solo producto de su insomnio, se paraban y acurrucaban en el
espacio que compartían para pasar la noche juntos, el frio poco a poco se fue
apoderando de sus cuerpos, al ver que aquello no era producto de su
imaginación, su corazón obviamente acelerado por ese evento, llego a su máximo
cuando aquella extraña figura con la mano que tenía desocupada les empezó a
llamar, ante lo cual nuestro patojos empezaron a gritar totalmente aterrorizados,
corriendo para golpear fuertemente la puerta de la casa, esperando que su madre les escuchara y dejara entrar de
forma pronta, evitando que aquella extraña aparición se los ganara y llevara
como decían lo viejitos de antes.
Su
madre al escuchar tal escandalo predio la luz, pero sin abrir la puerta
imaginando que era otra treta de estos ishchocos como les dicen a los niños por
ese sector, para que los dejara entrar olvidando su travesura, lejos estaba de
pensar lo que estaba sucediendo en realidad. Pero ante la insistencia de niños
abrió la puerta pero no sin antes pasar de nuevo por el cinturón del papá para
amancebar la conducta de sus hijos.
Es
de comprender que debido al subido incremento de la adrenalina de estos
chirises, ni sintieron el dolor que lleva inmerso recibir un cuerazo con un
cinturón de pura piel. Cuando la mamá alterada pregunto el porqué de tanta alharaca,
los niños le contaron lo que habían visto a lo que ella respondió “Vieron lo
que les pasa a los patojos peleoneros y malcriados, bueno esta que les haya
pasado, tal vez así aprenden a comportase y llevarse de mejor manera y
agradezcan que los entre solo porque no quiero que los vecinos vengan a
preguntarme porqué están haciendo tanto escándalo ustedes”
Rómulo
y Eduardo corrieron a sus camas sin cruzar palabra de lo que les había
sucedido, pero desde aquel día aprendieron a llevarse de mejor manera, evitando
en la medida de lo posible volver a pelear por tonterías, mejorando su relación
personal. Sin embargo nunca falta un pelo en la sopa, y con el paso de los años
han tenido otro tipo de problemas derivado a rivalidad existente por querer ser
más competitivos, lo que nuevamente llego a ser grave cuando se les presento
otro espectro, solamente que esta vez era de carne y hueso, pero esto es una
historia para otro día.
Starlight
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